LECTURAS DEL MIÉRCOLES VI DEL TIEMPO ORDINARIO
16 DE FEBRERO DE 2022
COLOR: VERDE
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 73, 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor de tu alianza y no abandones sin remedio la vida de tus pobres. Levántate, señor, defiende tu causa y no olvides los ruegos de aquellos que te imploran.
O bien: Hech 12, 5 3
Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inescrutable providencia quieres asociar a tu Iglesia a la pasión de tu Hijo. concede a tus fieles que son perseguidos a causa de tu nombre, el espíritu de paciencia y caridad, para que sean hallados testigos fieles y veraces de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Sean constantes, no en oír y olvidar la palabra, sino en ponerla por obra.
De la carta del apóstol Santiago: 1, 19-27
Queridos hermanos: Tengan esto presente: que cada uno sea pronto para escuchar y lento para hablar, lento para enojarse; porque la ira del hombre no produce la rectitud que quiere Dios. Arranquen, pues, de ustedes toda impureza y maldad y acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos.
Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos; pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que se mira la cara en un espejo, y después de mirarse, se da la media vuelta y al instante se olvida de cómo es. En cambio, el que se concentra en la ley perfecta de la libertad y es constante, no en oírla y olvidarla, sino en ponerla por obra, ése encontrará su felicidad en practicarla.
Si alguno cree que es hombre religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, él mismo se engaña y su religión no sirve de nada. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 14
R/. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en todas sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. R/.
Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo. R/.
Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Ef 1, 17-18
R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R/.
El ciego quedó curado y veía todo con claridad.
Del santo Evangelio según san Marcos: 8, 22-26
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?" El ciego, empezando a ver, le dijo: "Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan". Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole:
"Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestras humildes oraciones y ofrendas, y concede a cuantos padecen persecución de los hombres, por servirte fielmente, que se alegren de estar asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y sepan que sus nombres están escritos en el cielo, entre aquellos que están elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5,11-12
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía, dice el Señor. Alégrense y salten de contento porque su premio será grande en los cielos.
O bien: Mt 10, 32
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la fuerza de este sacramento, Señor, fortalece en la verdad a tus siervos y concede a aquellos fieles que se hallan en la tribulación que, cargando su cruz detrás de tu Hijo, puedan, en medio de las adversidades, gloriarse sin cesar del nombre de cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.