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Lecturas 16 de septiembre de 2021

Lecturas

LECTURAS DEL JUEVES XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

16 DE SEPTIEMBRE DE 2021

COLOR: ROJO

ANTÍFONA DE ENTRADA

Se alegran en el cielo las almas de los Santos que siguieron las huellas de Cristo; y gozan con Él eternamente, porque lo amaron hasta derramar su sangre.

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios que en los santos Cornelio y Ciprino diste a tu pueblo pastores llenos de celo y mártires victoriosos; concédenos, por su intercesión, fortalecernos en la fe y en la perseverancia y trabajar con verdadero empeño por lograr la unidad de ti Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,12-16)

Nadie te desprecie por ser joven; sé tú un modelo para los fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez. Mientras llego, preocúpate de la lectura pública, de animar y enseñar. No descuides el don que posees, que se te concedió por indicación de una profecía con la imposición de manos de los presbíteros. Preocúpate de esas cosas y dedícate a ellas, para que todos vean cómo adelantas. Cuídate tú y cuida la enseñanza; sé constante; si lo haces, te salva ras a ti y a los que te escuchan.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Del salmo 110

R/. Grandes son las obras del Señor

 

Justicia y verdad son las obras de sus manos,

todos sus preceptos merecen confianza:

son estables para siempre jamás,

se han de cumplir con verdad y rectitud. R/.

 

Envió la redención a su pueblo,

ratificó para siempre su alianza,

su nombre es sagrado y temible. R/.

 

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,

tienen buen juicio los que lo practican;

la alabanza del Señor dura por siempre. R/.

 

ACLAMACIÓN

 

R/. Aleluya, aleluya.

Venga a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré – dice el Señor-.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,36-50)

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.»

Jesús tomó la palabra y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.»

Él respondió: «Dímelo, maestro.»

Jesús le dijo: «Un prestamista tenía dos deudores; uno le debla quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?»

Simón contestó: «Supongo que aquel a quien le perdonó más.»

Jesús le dijo: «Has juzgado rectamente.»

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella, en cambio, me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor; pero al que poco se le perdona, poco ama.»

Y a ella le dijo: «Tus pecados están perdonados.»

Los demás convidados empezaron a decir entre sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?»

Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor los done de tu pueblo, ofrecidos en la celebración de la muerte de tus santos mártires, y te pedimos, que aquello que tus santos Cornelio y Cipriano administraron con fortaleza en la persecución, nos dé también a nosotros constancia en la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas. Y yo dispongo un reino para ustedes, dice el Señor, para que coman y beban a mi mesa, conmigo, en mi Reino.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por este sacramento que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que a ejemplo de los santos mártires Cornelio y Cipriano, confortados con tu Espíritu de fortaleza, podamos dar testimonio de la verdad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.